Noticias sobre el nuevo HE 2018
Ya se está cociendo el futuro HE 2018
Sé que este no es un tema de lo más sugerente para retomar el blog después de una larga temporada sin actividad. Pero pienso que es importante que le dediquemos unas líneas a hablar de la nueva normativa de Ahorro de Energía (también conocido como DB-HE) que se está empezando a cocer en las cocinas de la administración. Allá por 2014 se empezaron a aplicar las versiones del HE0 y el HE1 que ahora fijan los límites de consumos y demandas energéticas de los edificios. El sector todavía las está asimilando y hoy hay todavía muchos técnicos, y muchos más constructores, a los que las exigencias que se imponen en cuanto a aislamientos y ventanas les parecen una barbaridad (que evidentemente no lo son, la barbaridad era como construíamos antes del HE 2013).
Y en eso estamos cuando hace pocas semanas, antes de las vacaciones, en la web del CTE se publica el Documento de bases para la actualización del Documento Básico DB-HE. En él se analiza la situación de la normativa actual, se señalan los problemas que según ellos tiene y se presentan las intenciones y puntos de partida para la nueva versión del documento de Ahorro de Energía. Revisión que se supone que llegará antes de finales de 2018, fecha en la cual según Europa debería estar en vigor.
Y esta es la respuesta a la primera pregunta de por qué una revisión de una normativa a los cuatro años, en plena infancia de la misma. Es Europa, y en concreto su Directiva 2010/31/UE, la que nos empuja a actualizar periódicamente (cada cinco años) las normativas de eficiencia energética en la edificación hasta que en 2021 todos los edificios nuevos sean de consumo de energía casi nulo. Y para el caso concreto de los edificios nuevos de las administraciones públicas la fecha 2019, es decir dentro de dos años.
A parte, en el documento de intenciones del Ministerio se fijan otros dos objetivos muy necesarios: Lograr una normativa más fácil de comprender y aplicar, y que sea coherente con la Certificación de Eficiencia Energética de los edificios.
Os preguntaréis por qué doy tanta importancia a una norma que tardará todavía dos años en venir. Por tres motivos según mi punto de vista:
- El objetivo de construir edificios de consumo de energía casi nulo es muy ambicioso teniendo en cuenta cómo estamos hoy. En un edificio de oficinas del que acabamos de justificar el cumplimiento del HE0 el consumo de energía primaria estaba en 124 kWh/m2·año. Estamos lejos por tanto del consumo casi nulo, tenemos mucho esfuerzo que hacer todavía.
- Los edificios consumen energía sí o sí, y algunos consumos no los podemos suprimir, por ejemplo las cargas de las personas, o equipos y otros sólo los podemos limitar mucho pero no suprimirlos, como son los de la iluminación por ejemplo. En definitiva para alcanzar el consumo casi nulo los edificios tienen que ser muy eficientes, pero ciertos tipos seguramente también tendrán que ser productores de energía. Y con la reglamentación que tenemos hoy esto no es fácil y a veces ni tiene sentido. Este será un factor añadido que esperemos que haga que las normativas de autoconsumo y balance neto avancen por fin en España y realmente los edificios se puedan convertir en productores de energía.
- Y por último serán necesarias nuevas herramientas que permitan realizar estos cálculos y que deberían de ser flexibles, contrastadas y fiables para que la multitud de estrategias diferentes que se utilizan en la edificación hoy puedan ser consideradas de cara a construir edificios de este tipo.
En definitiva, muchos, necesarios e importantes cambios que irán llegando poco a poco si el desarrollo de los acontecimientos sigue la lógica de invertir en eficiencia energética y Europa nos sigue empujando.
Edificios de consumo de energía casi nulo o nZEB
Lo primero aclaremos qué es un edificio de consumo de energía casi nulo (o nZEB – nearly zero energy building), según la propia directiva es un “edificio con un nivel de eficiencia energética muy alto (…). La cantidad casi nula o muy baja de energía requerida debería estar cubierta, en muy amplia medida, por energía procedente de fuentes renovables, incluida energía procedente de fuentes renovables producida in situ o en el entorno”. Es tarea de cada estado fijar cuantitativamente lo que es un edificio de consumo nulo y a día de hoy no está claro cuál es realmente el límite, algunos países y documentos hablan del 30 kWh/m2 pero es una cuestión abierta hoy en casi todos los países.
En definitiva, que lo que nos importa a los técnicos y a los usuarios, saber cuáles son las reglas del nuevo juego y en consecuencia qué hay que hacer constructivamente para conseguir que nuestros edificios sean de consumo nulo no está nada claro. Sólo sabemos que consumirán poca energía primaria (que implicará bajas demandas, sistemas muy eficientes y/o de fuentes energéticas con coeficientes de paso bajos) y que de alguna manera tendrán que producir cierta cantidad de energía renovable para cubrir ese poco consumo.
Es previsible que en los dos próximos años se fijen los límites y en consecuencia podamos empezar a pensar que tenemos que hacer para alcanzarlos.
Si te interesa el tema de los nZEB y su desarrollo hay mucha información en la página de la Comisión Europea.
Documento de bases del HE 2018
El reciente documento de bases del futuro DB-HE 2018 establece los que proponen que sean los fundamentos para el desarrollo de la nueva normativa que tendremos que aplicar para los edificios de consumo de energía casi nulo. No se habla de los futuros requerimientos o límites si no de los indicadores que más adelante tendrán que concretarse antes de aprobar la nueva norma. Los indicadores que proponen son:
- Consumo de energía primaria total: Es decir, al consumo de energía (final) de los edificios le aplicamos el factor de paso de energía primaria (en origen) para tener en cuenta las pérdidas de cada fuente.
- Consumo de energía primaria no renovable: Quitamos a la anterior la parte de renovables que contenga la fuente que estemos usando y las que generemos en nuestro edificio.
- Uso de energía de fuentes renovables: Exigirán la producción de energía renovable para servicios concretos como el calentamiento del agua caliente o ACS que ya conocemos.
- Transmitancia térmica global de la envolvente: Recupera el famoso K de la CT-79 (normativa que estudiamos y usamos durante muchos años los que estamos en este mundillo desde antes de 2006) que no es más que un coeficiente de transmisión ponderado del conjunto de la envolvente. Exigirán una K máxima en función de la zona climática y de la compacidad según anuncian.
- Control solar: Y del mismo modo que el anterior proponen un indicador Qsol/A ponderado para los huecos del edificio en el que limitarán la cantidad de radiación solar incidente sobre los mismos para el mes de julio.
- Y por último se mantienen la limitación de descompensaciones térmicas y de condensaciones que tenemos ya en el HE 2013, simplemente me imagino que serán más exigentes que ahora.
En resumen, se incorpora el indicador de energía primaria total con el que persiguen que los edificios no eficientes lo compensen a base de incorporar fuentes renovables. Sustituyen los indicadores de demanda de calefacción y refrigeración por los coeficientes globales de pérdidas por transmisión y de captación de radiación solar. Con ello pretenden que las estrategias de ventilación y de sistemas móviles de control solar se tengan en cuenta de manera diferente.
¿Alguna conclusión?
A la espera de conocer los límites que se establecen en cada indicador para evaluar el impacto que el nuevo HE 2018 tendrá sobre la manera en la que diseñamos y construimos los edificios, lo que se puede intuir del texto y del documento adicional Visor EPDB que publicaron casi a la vez es:
- Se establecerá una especie de contabilidad o procedimiento para tener en cuenta la energía que consume el edifico, la que produce, la que importa de la red y la que exporta para poder calcular el consumo de energía primaria total.
- Las estrategias de ventilación como sistemas higrorregulables, recuperadores de calor, caudales variables, etc, sólo contarán para reducir los límites de consumo de energía primaria. Dependiendo de dónde estén esos límites tendrán más importancia o menos. Cabe esperar un límite de energía primaria bastante bajo luego intuyo que seguirán siendo necesarias e importantes. Como deber ser ya que el asunto de disminuir las pérdidas por ventilación es fundamental para el ahorro energético. A esto además ayudará la previsible actualización del DB-HS3 en breve con el que en residencial se disminuyen bastante los caudales exigidos, cuando se publique hablaremos del tema.
- El efecto de los sistemas de protección solar móviles de los huecos se incluye en el nuevo indicador Qsol/A. Es de esperar valores bajos que obligue a la incorporación de estos elementos mucho más habitualmente de lo que ahora sucede. De hecho considero que este va a ser un tema a resolver en los nuevos proyectos en las zonas climáticas 3 y 4 principalmente (zonas cálidas del país). Las viviendas modernas tienden a incorporar mucha superficie de ventana y los promotores no van a renunciar a ello. Y en muchas ocasiones la orientación de las mismas no puede ser la óptima desde el punto de vista energético debido a factores dados como la orientación de la parcela, las sombras de otros edificios u objetos, etc.
- El nuevo factor K propuesto para limitar la transmitancia de la envolvente y los límites bajos al mismo exigirán seguramente mayores esfuerzos en cuanto aislamiento se refiere. Y en especial en el tratamiento de los puentes térmicos, que es quizá lo que más problemas planteará debido a que la tradición constructiva de nuestro país no resuelve el tratamiento de estos encuentros (habitualmente fábricas de ladrillo sobre cantos de forjado de estructura de hormigón).
- Tiene pinta que los dos anteriores indicadores y los límites necesariamente exigentes a los mismos va a provocar cambios en la forma en la que diseñamos y construimos hoy los edificios: Las viviendas que hoy se construyen tienen grandes huecos y se utiliza la solución constructiva tradicional de doble hoja de fábrica sobre estructura de hormigón, de esta manera difícilmente van a alcanzar los nuevos límites.
- Parece que para edificios terciarios se elimina el procedimiento de cálculo comparativo con el edificio de referencia y que se implantarán unos consumos máximos límite, me imagino que por tipo de uso o bien por cargas internas.
- Adelantan que la intención es que la calificación energética sea coherente con los nuevos procedimientos lo cual es necesario y lógico.
Mi opinión particular tras la lectura del documento es que la música que se entrevé en el mismo suena bien pero me sabe a poco. Las bases propuestas simplifican el montón de indicadores y procedimientos que tenemos ahora, plantean la coherencia con la certificación y resuelven algunos de los problemas que nos encontramos con el actual marco normativo. Pero para poder evaluar en condiciones el impacto de la nueva normativa y saber de verdad cómo va a afectar a nuestro trabajo necesitamos saber más. Este punto de partida es importante, claro que sí, pero lo realmente importante es conocer cuáles serán los límites que se establecen para cada indicador, para cada tipología de uso, para edificios nuevos y remodelaciones de existentes.
Y muy importante también es conocer cuáles serán los procedimientos prácticos de cálculo y justificación. Se habla de un cálculo horario y de resultados mensuales para justificación de los indicadores, pero poco más se dice. En el documento del visor EPDB podemos ver un ejemplo que tiene pinta de haber sido calculado con Open Studio (Energy Plus). Y los cálculos de energía final para cada tipo de instalación se hacen simplemente dividiendo la demanda entre unos rendimientos estacionales estimados.
Los documentos presentados me generan muchas dudas en este sentido: ¿Se abrirán los procesos de cálculo de manera efectiva a otras herramientas que no sean HULC o CERMA(Que son las que hoy se pueden sólo utilizar para la calificación)?, ¿El cálculo de los consumos se realizará como en el ejemplo o en los programas simplificados de certificación simplemente usando rendimientos estacionales?, ¿Quién fijará o en base a qué se fijarán esos rendimientos?, ¿Se podrán incorporar a los procesos de cálculo de manera efectiva estrategias y sistemas que hoy se utilizan todos los días en los edificios que construimos como la aerotermia, los recuperadores, la geotermia, el suelo radiante, pozos canadienses, sistemas de control de iluminación, etc, sin obligarnos a los técnicos a hacer ñapas para tenerlas en cuenta?, ¿Las nuevas herramientas, si son obligatorias como hasta ahora, serán fiables y usables?, ¿Permitirán el análisis y la consulta de los cálculos que realizan para que los técnicos puedan utilizarlas para el diseño energético de los edificios?…
Y para terminar este artículo expresaría un deseo sencillo pero que creo muy necesario. Que la administración no esperase a 2021 para aplicar la nueva normativa. Desde 2019 cuando entre en vigor para los edificios públicos, que también lo haga para los edificios privados, aunque sea con unos límites más laxos que los que se impondrán en 2021. No quiero imaginarme el lío que se puede producir con las dos normativas conviviendo.
Seguiré atento al desarrollo de la nueva normativa y os mantendré al tanto. Va suponer un importante paso de cara a conseguir que los nuevos edificios sean más sostenibles y merece la pena que le prestemos atención. Cualquier comentario o información sobre el tema será bienvenido.
Gracias por tus comentarios. Por lo leído, si ahora estamos mal por fallos en el programita HULC, y para hacer una justificación de los límites máximos con rigor la solución propuesta futura es un pegote al volver a conceptos desfasados del Kg del año 79. Si es así es PENOSO.
Hola José Luis. Cuando leí lo del factor K a mi también me pareció un retroceso. Pero puede no ser tan mala idea si los límites de ese factor K se fijan bien. Hay que ver que pasa con los edificios muy acristalados. Combinando una limitación a la transmitancia global de los cerramientos con una exigencia del consumo global del edificio entiendo que persiguen que los edificios no sean superdesarrollados en la parte de los sistemas y deficientes en la parte de la envolvente. De ese modo se aseguran que tiene que la envolvente tiene que tener unas condiciones mínimas. Hasta ahora lo hacían limitando la demanda de calefacción y refrigeración pero tiene problemas como los que comentan en el documento. Me parece que no es tan mala idea, esperemos a ver como quedan fijados lo limites para valorarlo en detalle.
Hola Daniel, si uno de los objetivos es bajar de verdad la demanda, no podemos ir a justificaciones y parámetros que responden a regímenes permanentes porque no es real ni correcto, ya que los regímenes son transitorios y la única forma de justificarlo de una forma científica y da igual que el edificio esté mas o menos acristalado, seria mediante la utilización de programas de simulación adecuados. En mi opinión, el planteamiento propuesto, mas bien responde a una simplificación para justificar obtener fácilmente calificaciones de edificios muy buenos e incluso de consumo de energía casi nula porque de otra forma seria muy difícil de conseguir y así cumplimos norma que es lo que parece que interesa aunque realmente no sea verdad, además de hacerlo fácil que es lo que demandan algunos colectivos, rellenar una ficha en cinco minutos. Así no conseguiremos los objetivos por mucho que aumentemos los rendimientos de las instalaciones porque seguiremos consumiendo más y contaminando. ¡La Tierra no aguanta más¡
Hola José Luis. Ten en cuenta que el cálulo de la K es sólo uno de los indicadores que se evalúan. También se utiliza el consumo de energía primaria de edificio tanto total como de energía no renovable, por tanto el cálculo en régimen transitorio hora a hora seguirá siendo necesario y exigible. A mí me hubiese gustado que también se exigiese un consumo de energía final máximo que es lo que al final afecta al bolsillo de los usuarios y pienso que es un parámetro que debería está presente en los etiquetados energeticos. Esperemos que no suceda lo que vaticinas y que la evaluación energética de los edificios sirva para mejorarlos desde ese punto de vista y no sólo para rellenar muchas páginas de datos vacíos en la memoria de los proyectos. Como bien dices yo pienso que es algo que no nos podemos permitir que suceda, ni desde el punto de vista medioambiental, ni desde el punto de vista económico.
Muy buen artículo, solo matizar que si bien es cierto que no sabemos aún el consumo máximo que se considerará «casi nulo», el actual HE, con HE0 y HE1 iniciaron un proceso evolutivo de los edificios hacía la construcción pasiva, ahora mismo ya se hace muy dificil justificar el cumplimiento de una envolvente deficiente o poco cuidada, y es de esperar que las futuras revisiones serán más exigentes en la adopción de medidas pasivas. En el uso residencial (parque inmobiliario más consumidor) se reducirá la demanda de tal forma, que si se controlan las infiltraciones estaremos cercano al famoso standar passivhaus, lo cual facilitará en gran medida la exigencia de consumo casi nulo; un equipo eficiente y una mayor aportación renovable lo hará posible sin grandes dificultades.
Hola Félix, técnicamente está claro que es posible y sin esfuerzos económicos exagerados. Más bien implica cambios en los modos de construir que tendrán que asumir todos los agentes del mercado: Constructor, arquitectos, instaladores, ingenieros, promotores y por supuesto los usuarios. Ese me parece que es el gran obstáculo a superar en los próximos años.
Excelentes conclusiones, Daniel. Como responsable de calidad de una constructora nacional, decirte que estos cambios son un excepcional reto para nosotros aunque también una ventaja competitiva si se tiene control sobre todos los factores. Nosotros trabajamos en dos líneas: garantizar que los proyectos que abordamos cumplan la normativa (caso raro, ya que hemos permitido a promotores que puedan comercializar sus viviendas con las adaptaciones que les hemos propuesto a través de especialistas energéticos) Y por otro lado, trabajamos en cambiar nuestra forma de construir especialmente para reducir los puentes térmicos , tema poco tratado en los foros. Por ello, sería muy bien acogida una exposición de estos cambios pero desde la perspectiva de la ejecución, si es posible. Gracias por tus aportaciones.
Hola María Jesús, el problema es que sin una orientación de cuáles serán los límites de la futura normativa no se puede avanzar mucho más, ya que para tratar de dilucidar que medidas serán necesarias es necesario calcular sobre casos concretos para tratar de extraer conclusiones u orientaciones de diseño. Pero lo razonable es que vayan en la línea de lo que comentaba en el artículo: Aumento de aislamientos, mejores carpinterias y vidrios, reducción de pérdidas por ventilación, tratamiento en condiciones de puentes térmicos, aumento del aporte energético con energías renovables y sistemas lo más eficientes posibles. A parte será importante que partamos de un adecuado diseño y orientación, así como razonables porcentajes de superficies de huecos. A medida que los limites disminuyen los aspectos de diseño son más importantes y existirá mucha diferencia en cuanto a las soluciones a implementar entre los edificios bien diseñados bioclimáticamente hablando y los que cuidan poco estos aspectos. Este tema me parece que será el que más quebraderos de cabeza nos dará al sector, ya que está muy poco habituado a incorporar estos temas en la fase de diseño.
Excelente trabajo de síntesis Daniel. Siempre es muy enriquecedor que un técnico y experto en Eficiencia Energética y Edificación Sostenible, con una visión claramente práctica desde el ejercicio de la actividad nos de su opinión al respecto. Saludos
Enhorabuena Daniel, el tuyo es, sin duda, el mejor blog con esta temática.
Gracias por compartir tu trabajo con los demás.